Saturday, March 04, 2006

Londres

Sigo aturdido, anoche doliò mucho. Yo no conozco despedidas dulces, sólo las que pasan en películas cursis, de esas donde salía Sandra Bullock o Julia Roberts. El viaje durò màs de lo que fuè, el tren me provoca náuseas. Estoy fuera de la estación, tomando un café muy malo y fumando faros, me recuerdan viejos tiempos. Soy tan diferente.

Algo está llamando mi atención frente a mí, a dos mesas de distancia. No puede ser ella, tal vez sólo me la recuerda. Se ve tan diferente, pero parece la misma, pero más…Es ella.

La música de estos días es tan fría, por eso sigo poniendo a Sinatra, BB King, Plastilina Mosh y a Tito Puente para hacer el amor. Ella definitivamente sigue siendo la misma. Sus besos siguen siendo suaves y llenos de calor. Es tan segura de sí misma. Sigue gustándole morder el cuello. Su piel sigue siendo terciopelo perfumado. Su estructura sigue siendo de una arquitectura perfecta, con cada rincón justo donde debe, o más bien, justo donde es necesario que esté. Ella sonríe y ronronea sobre mi pecho. Yo no puedo creer mi suerte. Creo que se quedará, espero que se quede.

Su ropa no me dice nada sobre su actual trabajo, sòlo me advierte que gana màs que yo. Yo uso el mismo guardarropa desde hace casi dos años. Usa un bolso que seguramente cuesta más que cuatro de mis quincenas. Sus bragas son seguramente francesas, el encaje lo delata. Pensè, cuando la vì hace 4 horas en el cafetín, que se habìa vuelto màs fría. Me equivoqué

Algo me dice que nunca la dejé de pensar, que llevaba ya demasiado tiempo esperándola, o tal vez, por miedo, sin intentar encontrarla. Pero ella sigue conmigo. Mientras de ducha me platica que se acaba de divorciar hace dos meses. Yo no me atreví a contarle que me acaban de botar de mi propia casa, que éste es el departamento de un amigo. Cuando sale ella sonríe, no hay pudor, decido levantarme de la silla para tumbarla a la cama y volver a repetir aquella faena.

Unas horas después se fue, me agradeció, me dejó su número (lo perdí después), me dió un beso y me dijo que al día siguiente ella me llevaría a su casa, “ahora tengo que ir, llegaré tarde, llàmame”. Su sabor se me quedó.

Definitivamente no me atreví a ir a saludarla, soy tan cobarde. Hubiera estado muy bueno. Tal vez ella sí se habría quedado. Ya se fue.

3 Comments:

Blogger Lagarto said...

Qué triste pero Londres es lindo. Al menos eso dice Julia Roberts, no sé si Sandra haya sido filmada allá. pero poco me importa.
Le hubieras regalado un cigarro, quizás se hubiera quedado más tiempo, y se hubiera ido menos de lo que se fue.
Saludos.

9:13 PM  
Blogger Dianin Pinwin said...

yo iré a londres, ja! cuando sea rica y feliz jajaja! chales.
Muy triste se leeyó eso.
un besote
cuidate

10:28 AM  
Blogger Hueso said...

mejor deja de pensar en londres y vamonos a la playa en fin que viene....ya hablamos con el pino y el puente no se puede....
chido

10:24 PM  

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