Se divide la vida, momentos felices, momentos tristes y los incómodos, los que gustan y los que sólo te gustan a ti. Al final vuelve a juntarse todo, y sólo es vida. En medio fracciones, como una enpanada. Y todo se resume y desaparecen los bordes cuando por fin logro despertar a tu lado. Aunque mañana me voy y todo vuelve a fraccionarse. Capas de una misma chingadera que nos encanta. Vida en todos lados. Ya la miramos, querer mirar más sería avaricia. Somos avariciosos. Y a quien le importa si está fraccionada si es una sóla y al final es imposible separar sus partes a menos que sea en el cuento que estas escribiendo sobre una vida ajena a la tuya.

Y por eso no me importa vivir este estado fraccionario y pegado con Colaloca, lo que mi importa es que tú unes mis pedazos aunque no estés realmente.