La mayor parte de mi vida conciente, no he tenido que dar muchas explicaciones. Las que he dado han sido porque he querido o porque las siento estrìctamente necesarias. Ni a mis padres he tenido que darles explicaciones de por què vivo como vivo o por què estudio lo que estudio, de la gente con la que salgo o de las cosas que me gustan. Creo que es por la sencilla razòn de que me conocen. Es nefasto ver còmo amigos se separan, novios discuten o familias se mandan a la verga por chismes. Tengo bastantes teorìas (que en otro momento desarrollarè) sobre el por què la gente se mete en vidas ajenas a juzgar o còmo es que gozan de hablar a espaldas de alguie sobre sus defectos, errores, vida sexual, implantes, apariencia, etc. No digo que yo no me divierta hablando de modas o de si mis vecinas son ninfòmanas, lo que castra es la intenciòn. Cuando la ironìa y el sarcasmo se convierte en ganas de joder. Yo tiendo a ser muy sarcàstico en muchas cosas, lo que està escrito en este espacio de mierda no es nada comparado. Pero a mi me viene valiendo soberano miembro fàlico lo que hagan o dejen de hacer el resto de los mortales con los que comparto mi aire.

Como que cuesta trabajo entender que las vidas personales de nuestros amigos son eso, personales. Que los culos de cada uno y lo que entre en ellos no es de nuestra incumbencia. Es por esto que as explicaciones que les pueda dar a mis amigos salen sobrando. Es como cuando me dice Quique alarmado "no mames, te gusta miranda", o "tienes un disco de panda en tu compu", no tengo que darle explicaciones, a el le vale madres mis asquerosos gustos o lo que guardo en mi disco duro, no por eso va a dejar de ir a "editar trabajos de radio y tele" los miercoles a mi casa.

En fin. pinche gente chismosa, prejuiciosa y castrante... los quiero un chingo, gracias por pensar tanto en mí y estar pendientes de con quién salgo y con quièn no, de preocuparse si estoy triste o si soy maricòn. Gracias.