Claridad: mínima. La puertecilla permanece cerrada, aun no es hora de la apertura. La ansiedad le carcome, hoy parece ser un dìa màs caluroso que los demàs, menos cotidiano quizà. Se siente el espacio lleno de inutilidad, era de esperarse puesto que es casi nulo, apenas le es posible mover un poco manos y piernas para evitar que se acalambren. Los oidos y su boca poco a poco pierden su razon de ser, en este lugar no es posible hablar ni oir. De pronto el respirador artificial proporciona menos aire. Se turba un poco la tranquilidad (quizà nunca la hubo).