escuchar
Con seguridad habilitado en un seguro desinterés. Acomplejado con un ligero grado de perplejidad.
A continuación la impotencia con gala de cinismo y sarcasmo. Compite la necesidad por ser alguien contra la necedad de ser como alguien.
Perdiendo la inútil seguridad de cobijarme en el frondoso entusiasmo de las masas ignorantes. Como tú.
¿Y por qué querría llenarte de alegría falsa?
La acostumbrada comodidad me ha vuelto inmune al descuidado trabajo, al inconciente éxito colectivo. En un sistema que se niega a “hacer paro”.
No creo que los costos superen tus necesidades mediocres.
El problema no es hablarte, sino que escuches.
A continuación la impotencia con gala de cinismo y sarcasmo. Compite la necesidad por ser alguien contra la necedad de ser como alguien.
Perdiendo la inútil seguridad de cobijarme en el frondoso entusiasmo de las masas ignorantes. Como tú.
¿Y por qué querría llenarte de alegría falsa?
La acostumbrada comodidad me ha vuelto inmune al descuidado trabajo, al inconciente éxito colectivo. En un sistema que se niega a “hacer paro”.
No creo que los costos superen tus necesidades mediocres.
El problema no es hablarte, sino que escuches.
1 Comments:
Los que valen la pena escuchan cuando les hablas quedito.
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