Cambiamos las caras tristes y el club de las maricas amargadas y soleras se puso ebrio de risa.

Las tristezas tarde o temprano terminan evaporàndose: Mi tristeza y mi viaje saico cancelado se convirtiò en un bonito par de converse, ir a sangrons sòlo a tomar cafè, reirse hasta que se te sale un chisguetito de pis y toda la tarde del domingo leyendo un libro màs triste que cualquiera de mis tristezas y que me prestò una de las razones de mi tristeza, ver lucha de mujeres desnudas en fx, despertar y ver teveunam a las 8 30 de la mañana y burlarme desaforadamente de un tipo muy cultural hablando de yass mexicano en un programa que se llama vìas alternas (matius, deberìas ver ese programa pa que te rìas un rato), desayunar quesadillas con mole, tocar la baterìa hasta que la vecina grite, en fin...

Cada quien lleva su tristeza como mejor le sale.


karaoke - Gustavo Cerati