de usted.

Nueve con uno. Alta espera, alta costura. En la ropa ya no están algunos aromas. Usted se los llevó, permítame hablarle así, proque no tengo derecho a hacerlo de otro modo.

Eran más o menos las ocho con veinticinco. Era más o menos una semana la que tenía que esperar. Y no sé esperar de otro modo que no sea a su lado, al lado de usted, ese que ahora no sabe a agridulce. Ahora mi lado es más de sal con un poco de pimienta. Sólo hasta donde yo mismo me lo permito. Ojalá fuéra ustéd a quién consultar para permitirme cualquier cosa.

En este punto soy más yo, pero quisiera ser más de usted. Y a nadie le importa si vivo o muero, sólo sé que me extrañarán demasiado, no tánto como usted debería. Debería hacerlo ahora que ya no estoy más que en estas palabras.

Los aviones pasan y no tengo con quién inventar una buena historia, no es deprimente, sólo solitario. Ya sabía que a mi nunca me importó la soledad. Pero eso sabía mejor con usted. La soledad mía es suya de usted.

Permítame expresarle mis deseos de besarla. permítame expresarle mi frustración por no atreverme. Permítame ser el que se disculpa al retirarse, porque nunca vino a mi casa, yo llegué de imprevisto. Suena una canción y estoy seguro que le debe gustar. Y con algo de suerte le sabrá un poco a mi.

Yo ya no me pertenezco, sólo una mitad, la mitad que dejaste intacta. Yo sonrío irónicamente proque así me enseñó, porque podrían hasta pensar que así me educó, por suerte tuve madre antes.

Y es que es ustéd lo más bello y morboso, lo más infantil y perverso. Usted me provoca robarle un beso, sólo uno porque sé que los demás no necesitaré robarlos. No es arrogancia, es lo que te falta y no sabías. O lo sabías. ahora me atrevo a hablar como quiera.

sonrío hoy.