oye dios...
Entonces llega el momento de recurrir a otro tipo de ayuda. No, Carlos Cuahutemoc Sánchez no está disponible, me refiero a “the ultimate samaritano”, el all mighty Diositos Bimbo. O a San Patricio si es que no queda de otra.
Regresan los días en que tengo que administrar una semana prácticamente con 100 pesos. Las oportunidades laborales no dudo que estén ahí, y a menudo hay que aplicar la de “algo saldrá” aunque no sepamos de dónde diablos tiene que salir. Por eso, ahora que ya envié currículum a más de 5 empresas, me dicen que me toca esperar respuestas. Pero no soy muy paciente, mi estómago y mi casa necesitan dinero para sobrevivir. O ¿creían que el cable es gratis? (aunque sea robado), o que tenemos un huerto inmenso del cuál podríamos sobrevivir comiendo frutas y verduras sembradas por nosotros mismos. No, la cosa no funciona así, no tengo en mi azotea un suelo fértil y mi patio de cemento no da más que cucarachas. De hecho hasta he pensado, en caso extremo, crear algún platillo exótico cuyo ingrediente principal sean estas alimañas. La luz, agua y otros servicios no son gratis. Recordemos que vivimos en “uno de esos países”.
El pleisteichon tampoco me consuela, no sé jugar FIFA y el único juego que más o menos le sé es uno de carreras donde casi siempre me desespero por que se me acaba el “bust” o porque ya oí todas las canciones del juego y sin volumen no es tan divertido.
Chance soy un caso perdido y estoy condenado a vivir de aire y buches de saliva.
Entonces… a lo que iba. Tengo que recurrir a Dios, a la divinidad, tengo que rezar (con efecto de overdrive). Tengo que pedir a the one and only que me haga paro, que la pinche gente de recursos humanos de cada una de esas empresas lea atentamente mi currículum y decidan llamarme, enviarme un mail o señales de humo para darme la agradable noticia de “señor Santos nos gustaría que se uniera a nuestro corporativo supercapitalista, o a, nuestro chayoterísimo periódico, pasquín, revista o empresa de medios”. O ya de perdis un “quedamos tan impresionados con su currículum que la verdad no somos dignos de contar con su colaboración”. Puede que mencionar los festivaluchos esos en los que quedaron mis trabajos de selección oficial no sea suficientemente choncho, o que mis crínicas manchadas sobre política en mi último empleo, les asustaran. No vaya a ser que don Pipo les caiga con toda la secretaría de gobernación.
Así es que: Dios, si estás ahí, mira, no tomes en cuenta las múltiples veces que me he orinado en tu nombre o que he querido defecar sobre tu santa madre. Mejor toma en cuenta que de toda tu creación yo soy una de esas excepciones excepcionales, un sensacional chico descarrilado que con tu ayuda y generoso actuar de tus poderes mágicos y chamánicos me encuentres una chamba digna de el premio nacional de periodismo o la palma de oro en Cannnes o de a perdis algún festival de Minatitlán o, nuevamente, el de la Riviera Maya. Ya sé que bueno, bueno, así muy buena persona, no soy; pero soy más guapo que el promedio o por lo menos más interesante que cualquier miembro de boy band o de alguna banda indie; que mi talento va más allá de todo lo visible y lo invisible y que, acá entre nos, soy estupendo en la cama, durmiendo y magullando féminas pues.
Prometo no volver a quejarme del Internet en espacios públicos o de que las meseras no respondan nunca a mis coqueteos (mi sex appeal no funciona con la servidumbre seguramente). Prometo no volver a ver películas pirata (hace mucho dejé de comprarlas). Prometo no volver a escuchar a Miranda! Si eso te complace y juro que iré a la Villa a rezarle a la Guadalupe y a comprar recuerditos y baratijas para mi colección de arte chafa religioso.
Prometo serle fiel a tus ideales, que he adoptado como míos desde que iba al catecismo o cuando era tu mejor acólito de la diócesis de Palo Alto. Prometo ayudar al prójimo con mi trabajo, aunque sea a hacerles ver lo miserable que son sus vidas o lo feos que son, a restregarles mi buen gusto y lo mucho que me burlo de ellos (y hasta de mí). Prometo, Diosito Yogui que no vuelvo a hablar mal de nadie que no lo merezca, y prometo ya no ser débil mental y no ver la película “plain on fire” que dirigirá Guillermo Arriaga.
Je.
Regresan los días en que tengo que administrar una semana prácticamente con 100 pesos. Las oportunidades laborales no dudo que estén ahí, y a menudo hay que aplicar la de “algo saldrá” aunque no sepamos de dónde diablos tiene que salir. Por eso, ahora que ya envié currículum a más de 5 empresas, me dicen que me toca esperar respuestas. Pero no soy muy paciente, mi estómago y mi casa necesitan dinero para sobrevivir. O ¿creían que el cable es gratis? (aunque sea robado), o que tenemos un huerto inmenso del cuál podríamos sobrevivir comiendo frutas y verduras sembradas por nosotros mismos. No, la cosa no funciona así, no tengo en mi azotea un suelo fértil y mi patio de cemento no da más que cucarachas. De hecho hasta he pensado, en caso extremo, crear algún platillo exótico cuyo ingrediente principal sean estas alimañas. La luz, agua y otros servicios no son gratis. Recordemos que vivimos en “uno de esos países”.
El pleisteichon tampoco me consuela, no sé jugar FIFA y el único juego que más o menos le sé es uno de carreras donde casi siempre me desespero por que se me acaba el “bust” o porque ya oí todas las canciones del juego y sin volumen no es tan divertido.
Chance soy un caso perdido y estoy condenado a vivir de aire y buches de saliva.
Entonces… a lo que iba. Tengo que recurrir a Dios, a la divinidad, tengo que rezar (con efecto de overdrive). Tengo que pedir a the one and only que me haga paro, que la pinche gente de recursos humanos de cada una de esas empresas lea atentamente mi currículum y decidan llamarme, enviarme un mail o señales de humo para darme la agradable noticia de “señor Santos nos gustaría que se uniera a nuestro corporativo supercapitalista, o a, nuestro chayoterísimo periódico, pasquín, revista o empresa de medios”. O ya de perdis un “quedamos tan impresionados con su currículum que la verdad no somos dignos de contar con su colaboración”. Puede que mencionar los festivaluchos esos en los que quedaron mis trabajos de selección oficial no sea suficientemente choncho, o que mis crínicas manchadas sobre política en mi último empleo, les asustaran. No vaya a ser que don Pipo les caiga con toda la secretaría de gobernación.
Así es que: Dios, si estás ahí, mira, no tomes en cuenta las múltiples veces que me he orinado en tu nombre o que he querido defecar sobre tu santa madre. Mejor toma en cuenta que de toda tu creación yo soy una de esas excepciones excepcionales, un sensacional chico descarrilado que con tu ayuda y generoso actuar de tus poderes mágicos y chamánicos me encuentres una chamba digna de el premio nacional de periodismo o la palma de oro en Cannnes o de a perdis algún festival de Minatitlán o, nuevamente, el de la Riviera Maya. Ya sé que bueno, bueno, así muy buena persona, no soy; pero soy más guapo que el promedio o por lo menos más interesante que cualquier miembro de boy band o de alguna banda indie; que mi talento va más allá de todo lo visible y lo invisible y que, acá entre nos, soy estupendo en la cama, durmiendo y magullando féminas pues.
Prometo no volver a quejarme del Internet en espacios públicos o de que las meseras no respondan nunca a mis coqueteos (mi sex appeal no funciona con la servidumbre seguramente). Prometo no volver a ver películas pirata (hace mucho dejé de comprarlas). Prometo no volver a escuchar a Miranda! Si eso te complace y juro que iré a la Villa a rezarle a la Guadalupe y a comprar recuerditos y baratijas para mi colección de arte chafa religioso.
Prometo serle fiel a tus ideales, que he adoptado como míos desde que iba al catecismo o cuando era tu mejor acólito de la diócesis de Palo Alto. Prometo ayudar al prójimo con mi trabajo, aunque sea a hacerles ver lo miserable que son sus vidas o lo feos que son, a restregarles mi buen gusto y lo mucho que me burlo de ellos (y hasta de mí). Prometo, Diosito Yogui que no vuelvo a hablar mal de nadie que no lo merezca, y prometo ya no ser débil mental y no ver la película “plain on fire” que dirigirá Guillermo Arriaga.
Je.
1 Comments:
Y si fries a las cucarachas con el cable robado?
Ten fe en Jesus Cristo. Algo saldra.
Y si todo falla, yo te explico como usar el "bust"
Post a Comment
Subscribe to Post Comments [Atom]
<< Home