Colección de fragmentos viejos. más viejos que mis ideas. cuando tuve que escribir para no medicarme.

Boca sencilla, que me invita a hablarle pero sólo con mis ojos, un ojo en la boca y un ojo en el ojo. Y es que a veces sólo me atrevo a ver ojo por ojo.

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Tristeza resignada, de esas que son como un mal crónico.Qué más queda que la aceptación, aunque provoque insomnio.

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Ojos por los que podría sufrir, ojos que no saben hacer otra cosa que torturar.

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De uno en uno me he venido convirtiendo en un problema mayor. Y cada tanto tú vienes siendo lo que castiga mis esfuerzos por hacerte sentir mejor... De uno en uno he venido siento tu problema menor, un asunto extranjero con inmunidad diplomática. Y cada sílaba que salía de mí se convierte en tu saliva no usada en mí. Y es que tú siempre tan tuya, nunca tan mía y yo siempre tuyo y nunca mío.

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. Queremos salir de donde nunca estuvimos, ni siquiera tantito.

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Y si mi voz no te alcanzara en donde vas.
Y si te pido que regreses sin querer.No te puedo engañar, no te puedo ni escribir.

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Me acobardé en hora pico. Me sumergí en cartón húmedo. Mientras tú siempre tan ilegible. Decidí estar junto a tu sombra, porque era mejor que contigo en sol, tomando la luna. Y es que contigo nunca pude tomar más que lo que no era tuyo.

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Qué raro que siendo esta hora, nunca estés a tiempo para verme reírme de ti.

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adultos que quisieran tu cabello con el que juego, tus besos con los que sonrío y tus palabras con las que aprendo a ser un buen niño.

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Para qué si ni hablarte suave puedo. Para qué si sólo de reojo te veo.