día del amor
Ahora toca escribir el día del amor y la amistá.
Sí, ya sé que es un día muy cagante y que todos lo odian (por lo menos la gran mayoría perteneciente a mi cotizado círculo social). Y sí, yo también me cago en el día del amor. Está de más recordar que es un día creado por las compañías de tarjetas o que si las flores son caras o que si al ninja peruano era acosado por un cupido en su prepa... Lo cuál me remonta a esos tiempos preparatorianos en los que mi escuelita de paga se convertía en un tiánguis dominical en tonalidades de rojo. Bastante tiempo y esfuerzo mental me requirió convertirme en el amargado social de mi alma mater, para que el pinche 14 de febrero me atazcaran sin requerirlo de tarjetitas y flores de mis compañeros que aseguraban que abajo de mi jeta se escondía un chamaco hambriento de cariño. Pinche gente, hijos de 7 mequetrefes, sí tengo amigos, pero no suelen frecuentar sus andares fresones (bueno algúnos hoy en día sí lo hacen).
En Zamora tierra de grandes fresas de rancho como Marthita Sahagún (y su sobrina con la que anduve, saludos a Rosita)... acá la onda de mi prepa abercrombie era gastar harto dinero en "detallitos" que en otros pinches días del año cuestan menos de 10 pesos, vestirse bonito (algunas lo entendían como enseñar harta chichi y nalga), ser amable con todos, incluyendo a los que no pelaste durante todo el año y los que te cagan (ese día vale chilaquiles, hay que querer a todos por igual).
Tampoco habré de negar que sí he regalado en un par de ocaciones "detallitos", a novias, amigas, amores platónicos (sobretodo, y hasta una serenata dí) y una vez le regalé una tarjeta a una maestra que me latía. Pero casi siempre trataba inutilmente de evitar estos festejos. Y digo inútilmente porque mis querídos maestros siempre trataban de incluirme, como en dos ocaciones en la que decidieron ponerse roqueros y el día del amor invitarme a tocar con mi banda. Tengo que admitir que sí estuvieron buenos esos festejos, porque salí bien repartido de chocolates.
Cuando me mudé para estudiar la universidad esos días se volvieron más insignificanes y desde entonces me son indiferentes, menos este año en el que tú (Ilse María condenada chamaca chula) le diste otro significado.
Sí, ya sé que es un día muy cagante y que todos lo odian (por lo menos la gran mayoría perteneciente a mi cotizado círculo social). Y sí, yo también me cago en el día del amor. Está de más recordar que es un día creado por las compañías de tarjetas o que si las flores son caras o que si al ninja peruano era acosado por un cupido en su prepa... Lo cuál me remonta a esos tiempos preparatorianos en los que mi escuelita de paga se convertía en un tiánguis dominical en tonalidades de rojo. Bastante tiempo y esfuerzo mental me requirió convertirme en el amargado social de mi alma mater, para que el pinche 14 de febrero me atazcaran sin requerirlo de tarjetitas y flores de mis compañeros que aseguraban que abajo de mi jeta se escondía un chamaco hambriento de cariño. Pinche gente, hijos de 7 mequetrefes, sí tengo amigos, pero no suelen frecuentar sus andares fresones (bueno algúnos hoy en día sí lo hacen).
En Zamora tierra de grandes fresas de rancho como Marthita Sahagún (y su sobrina con la que anduve, saludos a Rosita)... acá la onda de mi prepa abercrombie era gastar harto dinero en "detallitos" que en otros pinches días del año cuestan menos de 10 pesos, vestirse bonito (algunas lo entendían como enseñar harta chichi y nalga), ser amable con todos, incluyendo a los que no pelaste durante todo el año y los que te cagan (ese día vale chilaquiles, hay que querer a todos por igual).
Tampoco habré de negar que sí he regalado en un par de ocaciones "detallitos", a novias, amigas, amores platónicos (sobretodo, y hasta una serenata dí) y una vez le regalé una tarjeta a una maestra que me latía. Pero casi siempre trataba inutilmente de evitar estos festejos. Y digo inútilmente porque mis querídos maestros siempre trataban de incluirme, como en dos ocaciones en la que decidieron ponerse roqueros y el día del amor invitarme a tocar con mi banda. Tengo que admitir que sí estuvieron buenos esos festejos, porque salí bien repartido de chocolates.
Cuando me mudé para estudiar la universidad esos días se volvieron más insignificanes y desde entonces me son indiferentes, menos este año en el que tú (Ilse María condenada chamaca chula) le diste otro significado.
posted by Ricardo Santos at
6:08 PM
1 Comments:
Aclaracion: No fui acosado en mi prepa, sino en mi universidad.
Y bueno, el dia de san valentin no esta tan mal si las viejas abercrombie enseñan harta chichi y nalga, no?
Quien dice que el amor empieza por el corazon y no mas abajo?
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