Friday, October 10, 2008

Y es que de verdad solìa conocerte (?). Y es que nunca te olvidarè, al principio pensaba que era por tu lindura, ahora parece que serà porque nunca me habìan tratado asì, de hecho nunca habìa dejado que me trataran asì. Señores he perdido mi dignidad, acaso (?). Que complicado es tender la mano, tambièn se tiende para pedir ayuda, aunque el orgullo pese. Èsta vez recibì la espalda. Y yo, no puedo ser asì. A lo mejor porque mi madre santa siempre me enseño que la felicidad se encuentra en lugares bien pequeños, incluso en sonreirle a quien no lo merezca. Y eso que yo soy muy duro para dar sonrisas a granel. Pero estos dìas tambièn aprendo que ser bueno no es cuestiòn de ser pendejo. Y siempre he creido que el valor de las personas es directamente (indirectamente) proporcional a lo que hace, y aunque para mi las intenciones tambièn cuentan, una persona se vuelve más fuerte cuando logra que sus acciones reflejen su interior.

Siempre he tratado de que cada cosa que hago valga la pena, y sòlo me he arrepentido una vez en toda mi vida, y ese dìa no tiene tu nombre.

Hoy te llamé porque necesitaba saber una cosa, llámalo como quieras (morbo, curiosidad, terquedad, pendejèz), pero de verdad era algo que necesitaba saber. Al no contestar, me dejaste interpretar, y es lo peor.

Y como siempre, sòlo te deseo cosas buenas, tantas que se me olvida desearme a mi alguna.

A veces siento que empequeñezco mi mundo, y estoy hasta el cogote, por eso me voy.

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