culpas

Ya mandè a alguien para tì. Ya sabes, para mantenerte alejada de mi. No necesito ponerme asì. No necesitas llamarme, ya sè lo que podrìas decirme. Asì de predecible te volviste, lo siento, no es mi culpa.

Y no, no hay nadie lo suficientemente interesante como para pasarme un rato. No hay alguien con tanta onda.

Y no es que estè repleto de onda, pero no soy (ni conozco) alguien que disfrute aburrirse. Hasta la fila de tortillas es más divertida que platicar con ella. Perdón, no es mi culpa.

No, por favor intelectuales no. Ni a sì mismos se soportarìan, si fueran capaces de verse. Que sonrìa y que sepa volar, no es mucho pedir.

"Volver", que se prohiba esa palabra. Que flojera.

Prefiero ver y sentir de lejos.

Ella sigue en mi cama, ¿crees que me importa?, la verdá no más que tú. Nadie más que tú, eres lo más. Pero sólo cuando vienes.

Ésta casa está en crisis, no hay galletas ni leche, dicen. no hay personas tampoco. Sombras, chance. Alguna canciones para ambientar, casi música de elevador. Las visitas no pasan màs allà de la cochera. Sólo la que sigue en mi cama, lo siento, no es mi culpa.

Sin dinero y en cafetería artistosa. Artistoide. Artistócrata.

Y que pongo a Chavela Vargas, y que tristeamos agusto, y que se acaban en dos botellas las penas. Para que cargarlas, mejor las dejamos al mear.

"Simplemente la manos nos damos, y después que murmure la gente".